El Idioma Del Liderazgo
Desde hace años, vengo empleando la metáfora del idioma para explicar el liderazgo, y facilitar a muchos directivos su aprendizaje. En mi experiencia, son aproximadamente 250 las palabras y comportamientos que transforman a un directivo en un líder.
Directivo es quien logra que los demás hagan lo que tienen que hacer. Líder es quien logra que los demás quieran hacer lo que tienen que hacer. Es decir, quien genera compromiso en su organización. Aprender el idioma del liderazgo no es sencillo, porque reclama superar la tendencia a la rutina y a la comodidad, que son los mismos obstáculos que suelen dificultar el dominio de cualquier nueva lengua. Entre los sistemas de aprendizaje se encuentra la lectura, fijarse en el ejemplo ajeno, la formación grupal…, y también el coaching. El coach ha de convertirse, de algún modo, en el profesor particular que facilita conocer las palabras, pronunciarlas adecuadamente e interrelacionarlas según las reglas de la sintaxis específica. El coachha de contrastar con el coachee cuál es el dominio que del idioma del liderazgo se tiene, y cuáles son las metas que se desean alcanzar. A partir de ahí será preciso definir el esquema de aprendizaje, la frecuencia de las sesiones, la duración de las mismas, etc.
No resulta sencillo aprender liderazgo. Con todo, al igual que sucede cualquier otro idioma, produce gran satisfacción el dominarlo, porque permite descubrir ámbitos nuevos de conocimiento, formas diferentes de acercarse a la realidad, aproximaciones enriquecedoras a relaciones u ocupaciones rutinarias… Por último, como ocurre con todo idioma, por bien que se hable siempre se puede seguir profundizando. Lo más relevante es no cansarse, sino mantener la ilusión por pronunciar cada vez mejor, por armar de manera más oportuna la sintaxis. En el fondo, el anhelo ha de ser ofrecer el mejor servicio a las personas que dependen de un directivo que ha decidido aprender a ser líder.